Reseña: "Caótica Jimena" de Neïra (Andrea Longarela)
Jimena tiene un plan: vivir tranquila sin salir demasiado de su zona segura, conseguir un trabajo relacionado con sus estudios y no implicarse con nadie a un nivel que no sea puramente físico.
El orden, la racionalidad, la dureza.
Bruno no tiene ninguno, más que ser feliz con los pequeños placeres de la vida, pero sí muchos problemas que debe resolver mientras deja que sus pasos lo guíen.
El caos, la emotividad, la ternura.
Un piso. Un encuentro. El objetivo de una cámara. Un giro inesperado. El desequilibrio. Y sucede.
Dos personas aparentemente opuestas que se cruzan y convergen, cuando sus caminos no lo hacen. Porque el amor no siempre llega en el momento indicado ni con la persona adecuada, pero no por ello desaparece. Porque, aunque la vida nos haga elegir lo que más duele, todas las historias de amor del mundo se merecen un final.
Siento que lo nuestro sea, pero que no pueda llegar a ser..
El orden, la racionalidad, la dureza.
Bruno no tiene ninguno, más que ser feliz con los pequeños placeres de la vida, pero sí muchos problemas que debe resolver mientras deja que sus pasos lo guíen.
El caos, la emotividad, la ternura.
Un piso. Un encuentro. El objetivo de una cámara. Un giro inesperado. El desequilibrio. Y sucede.
Dos personas aparentemente opuestas que se cruzan y convergen, cuando sus caminos no lo hacen. Porque el amor no siempre llega en el momento indicado ni con la persona adecuada, pero no por ello desaparece. Porque, aunque la vida nos haga elegir lo que más duele, todas las historias de amor del mundo se merecen un final.
Siento que lo nuestro sea, pero que no pueda llegar a ser..
Jimena lleva encerrado bajo cien llaves su lado caótico, ese lado de su personalidad que no quiere que se vuelva a escapar y a entreverse. Jime no se permite sentir, soñar, desear y amar como solía hacerlo, ahora todo ese caos controlado lo lleva hasta Barcelona, hasta ese departamento que su adorado primo Adrián le presta para alojarse. Y cree tenerlo todo controlado, todo intacto y bajo cien candados pero a veces la vida es muy justa (o muy puta) y allí en ese mismo piso, al apenas entrar se encuentra a un misterioso hombre desnudo durmiendo en el sillón de su primo.
Ese misterioso hombre es Bruno, quien parece tenerlo todo más claro que el agua. Es un hippy happy filosófico enamorado del amor, extrovertido, un apasionado por la fotografía, y que a pesar de estar en su treintena, aun conserva ese espíritu de niño picarón y desobediente. Cuando tuvo que recurrir a la ayuda de su amigo Adrián, nunca pensó que alguien más estaría ocupando el mismo piso que él, y cuando abre los ojos luego de una fatídica noche de alcohol, se encuentra con una jovencita mirando sus partes sin ningún pudor, y bueno, digamos que su vida da un revés.
Lo que pasa es que las cosas bonitas suelen dar pasos atronadores sin darse cuenta y así fue como Jimena llegó a la vida de Bruno, sin avisar, poniéndolo todo patas arriba y componiendo con sus pies la canción más bonita del mundo.
Un piso, dos personas de polos totalmente opuestos, un encontronazo, una chispa de pasión, una cámara y sentimientos que se dejan entrever y esconder. El surgimiento del amor en el momento menos esperado y en la persona menos pensada. ¿Jimena podrá abrir las puertas de su caos, dejarse llevar y comerse el mundo? ¿O el mundo y su cobardía se la comerán a ella primero?
Esta historia es una majestuosidad, Andrea Longarela hace magia con sus palabras, es capaz de hacerme sentir todo tipo de sentimientos, de hacerme comprender y hasta enseñarme muchas cosas, es por eso y por tantas otras cosas más que esta autora ocupa un lugar muy importante en mí lista de autores imprescindibles. Es una escritora que hace mella, que cala hondo y profundo, que tiene tanto talento para explotar y que uno como lectora no podría estar más agradecida.
“Caótica Jimena” es un caos, sí, el título le hace juego. Esta novela es diferente a lo que nos podemos llegar a encontrar en el género de romance, especialmente por los personajes y con esos estereotipos que Andrea nos plantea, porque la chica a veces no tiene por qué ser una princesita y puede acostarse con quien se le dé la gana, porque el chico a veces no tiene que ser un malote y hacerse el díficil…
Tengo que sí o sí hablar sobre los personajes, y si me voy por las ramas, sepan disculpar.
Jimena no es la típica heroína del género, no es la típica mujer que sueña con su príncipe azul andante, no sueña en color de rosa, no es romántica… Jimena es Jimena, simplemente ella. Lleva años viviendo en blanco y negro, es obstinada, cobarde, dura, egoísta, hermética y se esconde dentro un caparazón como si fuera una tortuga. Luego de haber cometido varias locuras y malas decisiones en su juventud, permitió encerrar esa parte de ella misma en una caja con muchos candados. Ahora vive en una jaula de represiones, en donde no se permite amar y tampoco se atreve a experimentar ese sentimiento que tan mal augurio le trae, se niega a hacerlo.
Y claro, finalmente tiene que conocer a alguien que le de vuelta el mundo. Tiene que llegar Bruno con esa actitud de holgazán, con esos ojos verdes brillantes que la comen con la mirada. Y justamente tiene que compartir piso con un tipo como él, uno que vive y respira en colores, uno romanticón, que ama en carne propia, que respira y vive el amor.
Y a partir de ese primer encontronazo entre ambos, Jimena no quiere saber nada de él, si desaparece de su vida mejor, sin embargo la inevitable tensión sexual, los chispazos, las ganas que se tienen… son cosas que ambos no podrán evitar por más que quieran.
Ya desde un principio Bruno le deja las cosas muy en claro a Jimena, pero ella no quiere saber ni escuchar nada de sus tonterías. Y aunque viva constantemente en su zona de confort, de a poco y a pasitos de bebé, va dejaándose entrever por Bruno y su cámara. Entre tomas, clicks y flashes Jimena se irá desnudando frente a la cámara de Bruno, y él será capaz de pelarle todas sus capas hasta colarse bajo su piel.
—Relájate Jimena. No seguimos ninguna norma. Mira por la ventana. Cierra los ojos. Mécete al ritmo de la canción. Habla sola. Llora. Ríete. Insúltame. Cuéntame una historia. Imagínate un mundo en el que te permitas comer chucherías todo el tiempo. Lo que te apetezca. Este momento es tuyo, no mío.
Y lo hice. Sus palabras me tranquilizaron como si hubieran funcionado igual que un bálsamo. No sé cómo lo hizo, pero me senté allí, miré por la ventana hacia la ciudad que comenzaba a dormir a nuestro alrededor y me imaginé cómo de diferente sería mi vida si yo fuera otra. Otra más risueña, más divertida, más liberada. Cómo sería Jimena sin querer controlar el caos constantemente. Cómo sería convertirme en una Jimena que aceptaba su caos como una parte esencial de ella misma.
Ya, es que enserio podría hablar mil años de Jimena y Bruno, hablarles sobre cómo van evolucionando, cómo van aprendiendo sobre la vida, cómo van aceptando lo que hay y lo que no hay y lo más importante, cómo van asumiendo sus sentimientos. Su historia de amor es simplemente deleitante, fue demasiado para mi corazón. Lloré, me frustré, me enojé, reí… todo era una de cal y otra de arena sin embargo presenciar ésta historia de amor, que no es para nada fácil y menos de color rosa, es lo que me lleva a pensar que así es la vida, que así a veces llega el amor, en sus diferentes estados, con sus diferentes bagajes, y que cuando llega, te revuelve por dentro, te cambia y te abre los ojos.
—Cásate conmigo, Jimena
—Vete a la mierda, Bruno.
Pero no fue la antigua Jimena arisca y seca la que lo dijo, sino una que se estaba partiendo de risa ante las tonterías que me salían por la boca sin control. […]
—Va en serio. Voy a pedírtelo a partir de hoy hasta que me muera.
—Estás loco.
—¿Y qué? ¿Loco por ti? ¿Por la vida? ¿Por el amor? Es mucho mejor que estar muerto por dentro […]
—Vete. Sal del portal. Alguien está bajando en el ascensor.
—Un día dirás que sí.
—Ni siquiera bromees con ello.
—Me suplicarás que sea yo el que me case contigo. Lo sé. […]
—¡Ni en tus mejores sueños!
—¿Por qué, Jimena? ¡Estamos en la edad de quedarnos con la culpa de los hacemos, no con las ganas!
Supongo que entenderán mi fascinación por ambos, de Bruno es imposible no caer rendida desde la primera vez que abre la bocota y además es muy atrapante los misterios y secretos que guarda, él es todo un mar de misterios. Y con Jimena me pasó algo más especial, sentí como si fuera mi amiga, y claro que me cabreé con sus indecisiones y con sus miedos, pero al fin y al cabo, es un personaje femenino que rompe estructuras, es una mujer de carne y hueso.
Además, con un personaje así como el de Jimena, tan caótica y perdida, Andrea nos plantea lo que se siente estar atrapado, estancado, sin un camino claro por el cual caminar. Hay gente que lo tiene todo fácil, que se conocen como la palma de su mano (como Bruno), y hay otras personas que viven en un bucle y que les cuesta muchísimo más encontrarse a sí mismo, a aceptarse y decirse “así soy yo, mierda”.
Quiero mencionar a otros personajes, los secundarios, y los que tanta importancia tienen ya que son los que ayudan a los principales, mencionar especialmente a Laura y Oliver, amigos de Jimena, y a los que es imposible no tomarles cariño, porque son unos amigos de los más leales y sorprendentes. Neïra también le otorga una gran importancia a la amistad en todas sus novelas, y en ésta no se queda atrás porque nos demuestra que una historia de amor puede también ser una historia de amor con tus amigos, ese amor por ellos que te mantiene cuerdo y equilibrado.
Bah, ¿qué me resta por decir? Muchas cosas, pero voy cerrando esta reseña, que ya hace rato que me fui por las ramas. Ésta es una historia que la recomendaría miles de veces, es muy real, con situaciones que no pueden ser más allegadas que a la realidad, con personajes de carne y hueso y con muchas capas.
Mis palabras no le hacen justicia y son insuficientes para explicar este libro, solo… leánlo, Andrea hace magia.
En definitiva, "Caótica Jimena"es una historia que me ha dejado con lágrimas en los ojos, que me ha hecho reir, sufrir, sorprenderme, en fin, un caos de emociones. Con una trama cargada de muchas sorpresas junto a personajes sumamente deleitantes, la autora me hechizó nuevamente con su talento, ¡gracias, Andrea!
8 comentarios
¡Hola!
ResponderEliminarMe alegra mucho que te gustara, yo lo empecé a principios de año y no me enganchó, así que lo abandoné, pero vamos, llevaba un capítulo. Quizá más adelante le doy una segunda oportunidad, pero no era el momento. La forma de ser de Bruno me recuerda a Pablo Ruiz, un personaje de "Horizonte Martina".
¡Nos leemos!
Lua.
Estoy deseando leer a la autora y casi me da igual con cuál de sus historias empezar porque todas me llaman un montón jaja Un besote :)
ResponderEliminarHola.
ResponderEliminarPues este libro no lo tengo apuntado y no he leído nada de la autora, pero me lo apunto sin ninguna duda, adoro a las autoras que con sus historias, su forma de narrar y los sentimientos que plasman lleguen tan hondo, y si los personajes también son increíbles es una a muy a tener en cuenta.
Muchos besos.
Hola.
ResponderEliminarPues no he leído nada de esta autora, pero me gusta lo que he leído en la reseña e intentaré leerla si tengo la oportunidad.
Besos.
Hooola!! He pasado por la reseña un poco de puntillas porque no te haces a la idea de lo mucho que llevo esperando para leer este libro y no me quiero llevar muchas sorpresas jaja Lo tengo en mi kindle muerto de risa!! Yo es que no tengo remedio y ahora que salió la nueva novela de la autora espero ponerme con el, o con este, o con alguno de ella porque estoy deseando conocer su pluma!!
ResponderEliminarUn beeeso
Espero que puedas leerla muy pronto <3
EliminarVeo que te ha encantado, pero yo dejaré pasar esta lectura, no creo que sea de mi agrado :)
ResponderEliminarJusto terminé este libro hace apenas una semana y me gustó mucho, aunque sí que es cierto que los últimos capítulos me dejaron con un sabor agridulce ��
ResponderEliminarTe dejo por aquí la reseña por si quieres echarle un ojo https://misinsajoblog.wordpress.com/2020/04/25/caotica-jimena/
Nos leemos ��
♡ Tus comentarios me ponen muy contenta