*En colaboración con Phoebe Romántica







Un viaje en avión.
Un encuentro en el pasado.
Un destino.

Spider es tan solo un chico de 22 años enamorado de su guitarra y de la música. Es un joven rockero con todas las pintas del chico malo: fiestero, mujeriego y adicto.
Rose es una chica de apenas 17 años que ha sufrido bastante en su vida, pero su pasado no le impide seguir hacia adelante e ilusionarse con la idea de aprovechar su tan soñada plaza para estudiar en la Universidad de Nueva York.

Rose y Spider toman el mismo vuelo de avión hacia lo que ellos creen que son distintos destinos: él está a punto de ver a su padre ricachón luego de 6 meses de silencio entre ambas partes, y ella se va a encuentrar con su controladora madre adoptiva que deja mucho que desear.

Durante el vuelo entre ambos surge una atracción y una chispa latente, pero debido a una cagada por parte de Spider, cuando el avión aterriza en tierra firme los dos deciden emprender sus destinos y si te he visto intentaré no recordarte.
Sin embargo, y para muy mala suerte de ellos, en el aeropuerto vuelven a cruzarse y se enteran que ahora son hermanastros: el papá de él y la mamá de ella están saliendo hace un par de meses y muy pronto serán padres nuevamente.
¿Los prejuicios por ser hermanastros y la diferencia de edad serán un impedimento o es que el destino ya les echó las cartas?

—¿Me tienes miedo, Rose?
No.
—Tengo miedo de que me rompas el corazón.
Se mira el tatuaje de “LOST” en los nudillos de la mano.
—Probablemente lo haré. 

Nuevamente volvemos a tener en español algo nuevo de Ilsa Madden-Mills, y no podía ser menos que otro de sus chicos ingleses y sexys. En esta ocasión tenemos a Spider, primo de los gemelos Declan y Dax de los anteriores libros "El inglés" y "El otro inglés". Tal es así que la autora con su pluma sencilla y amena nos presenta una novela New Adult muy sencilla y agradable pero que a mí se me quedó flojita y muy meh.

La historia está dividida en dos partes, pasado y presente, y relatada por ambos protagonistas con sus respectivos puntos de vista. De Rose conocemos los aspectos generales sobre su trágica infancia y todo lo que tuvo que luchar siendo muy pequeña hasta que Anne, su ahora madre adoptiva, decide acogerla. Con Anne, Rose no tiene la vida "perfecta" (madre controladora, perfeccionista y hasta con unos toques machistas (como para poner la guinda en el postre)) pero sí sabe que tendrá una vida tranquila y asegurada gracias a ella. Es una chica fuerte, valiente y con un espíritu de rebeldía, especialmente cuando se trata de su nuevo hermanastro Spider.

Él es rockero, se encuentra a punto de tocar la fama con las manos gracias a su música junto a su banda, es mujeriego y todo ese ambiente y muchos dolores provenientes del pasado lo conllevan a ser adicto a las drogas. Dentro de todo este prototipo de chico malo no podía faltar que sea un gran idiota y que siempre la cague cuando está cerca de Rose.
Ambos personajes me parecieron que están bien pero tampoco es que haya sentido devoción por ninguno.

¿Y la historia de amor? Podrán hacerse una idea de que tenemos a los padres quienes les prohíben que tengan otro tipo de contacto y/o relación que no sea la de hermanastros, y también está el tema de que Rose aun es menor de edad, hola morbo... ,y encima la autora vuelve a recurrir nuevamente, como en los dos anteriores libros, a ese instalove que me hace sacar canas en el pelo.

—¿Qué estás pensando? —le pregunto, inclinándome sobre la mesa para limpiarle una miga de la mejilla. No dice nada, y aunque mantiene la mirada gacha, sus pestañas revolotean—Dime lo que estás pensando —Estoy a punto de suplicarle
—Te quiero tanto que no puedo respirar.
No puedo pensar con claridad…
No le dejo terminar la oración. La cojo entre mis brazos y la llevo de vuelta a la habitación.  

Como la trama está dividida en dos partes, me gustó poder ver a estos protagonistas en su juventud y cómo evolucionaron con el paso del tiempo, tanto Spider como Rose atraviesan por cambios y diferentes situaciones que en el futuro los llevan a ser mejores para así reencontrarse con sus mejores versiones para sí mismos y para el otro.

Este libro no es nada innovador ni nada que no leyera antes, es muy normalito dentro de lo que es el mundo de lecturas de romances. Por momentos me gustó, en otros momentos me pareció muy aburrido y hasta las últimas páginas las leí por arriba porque no me generaban nada. Seguramente mi problema con esta novela fue que hace unos pocos dias terminé de leer una historia que me llegó duro, profundo y que me dejó fuera del ring, así que en parte me resultaba imposible no camparar ambos libros (alguien una vez dijo que errar era de humanos, ¿no? Jajaja).

A pesar de todo, recalco que la autora tiene un estilo fresco y sencillo que engancha. Si estás buscando leer algo que te haga pasar un buen rato podés probar algo de Ilsa.