"El chico del calendario" (#6 Los chicos del calendario) de Candela Ríos
Doce meses, una chica, miles de motivos por los que no debe enamorarse de ella.
Víctor Pastor es el chico del calendario, se supone que es el mejor hombre de este país ¿y qué ha hecho él? Cruzar el océano y cambiar de continente. Pero cuando la gente dice que puedes huir de cualquier cosa excepto de ti mismo, tiene razón. Él va a intentarlo de todos modos.
En Estados Unidos, sin embargo, nada le sale como tenía planeado. Nada. Ni el trabajo, ni la ciudad donde se suponía que iba a quedarse, ni la nueva vida que iba a empezar siendo el nuevo Víctor, ese que no sobre analiza cada decisión que toma y que es capaz de dejarse llevar, nada. Y lo más surrealista de todo es “el incidente” que le lleva a compartir piso con ella. Nueva York es una ciudad con más de ocho millones de habitantes y ella es la que acababa viviendo con él, casi salvándole. Imposible.
¿Qué más le puede salir mal? Todo, probablemente. Al fin y al cabo, Candela Ríos, la chica de la que había creído estar enamorado, acaba de pedirle que sea el padrino de su boda y que le dé permiso para escribir su historia; lo que le sucedió después de ganar Los chicos del calendario. Nadie va a creerse lo que pasó. O tal vez sí
Víctor Pastor es el chico del calendario, se supone que es el mejor hombre de este país ¿y qué ha hecho él? Cruzar el océano y cambiar de continente. Pero cuando la gente dice que puedes huir de cualquier cosa excepto de ti mismo, tiene razón. Él va a intentarlo de todos modos.
En Estados Unidos, sin embargo, nada le sale como tenía planeado. Nada. Ni el trabajo, ni la ciudad donde se suponía que iba a quedarse, ni la nueva vida que iba a empezar siendo el nuevo Víctor, ese que no sobre analiza cada decisión que toma y que es capaz de dejarse llevar, nada. Y lo más surrealista de todo es “el incidente” que le lleva a compartir piso con ella. Nueva York es una ciudad con más de ocho millones de habitantes y ella es la que acababa viviendo con él, casi salvándole. Imposible.
¿Qué más le puede salir mal? Todo, probablemente. Al fin y al cabo, Candela Ríos, la chica de la que había creído estar enamorado, acaba de pedirle que sea el padrino de su boda y que le dé permiso para escribir su historia; lo que le sucedió después de ganar Los chicos del calendario. Nadie va a creerse lo que pasó. O tal vez sí
#6 El chico del calendario
Víctor Pastor es reconocido como el mejor hombre de España, pero ese reconocimiento le pesa en los hombros y hasta le da un poco de vergüenza, ¿y a qué viene todo esto? El concurso “Los chicos del calendario”, llevado a cabo por Candela Ríos, consistía en viajar por todo España para encontrar al hombre ideal, uno que sí valiera la pena, y es que claro, después de que Cande sufriera una ruptura amorosa por medio de Instagram no se creía la idea de que realmente existiera un buen hombre. Tal es así que durante 12 largos meses recorrió distintas ciudades y pequeños pueblos españoles en busca del chico ideal, y finalmente quien se lleva el premio gordo es Víctor, el chico del que creyó estar enamorada, pero eso es cosa de otro cantar.
Ya pasó un año del final del concurso, y Víctor hizo lo que es propio en él, escaparse y huir de sí mismo. Ahora se encuentra en San Francisco, perdido, sin rumbo en la vida, malhumorado (sigue siendo ese leñador malhumorado), aun confundido por lo que sintió por Cande, sobre-analizando absolutamente todo y con un trabajo que no lo termina de satisfacer. Y para el colmo, en Nueva York se encuentra, de entre las millones de personas que viven en la gran ciudad, a la única mujer que alguna vez le hizo replantearse muchas cosas. Ella, la que le robó un beso fogoso hace dos años atrás y le dijo muchas verdades que él no quería admitirse a sí mismo, su mejor amiga y de la cual perdió su rastro luego de aquel encontronazo.
Un pequeño “accidente” termina uniéndolos nuevamente, y hasta vez quizás sea para siempre.
Jimena me había obligado a escuchar algo que entonces no estaba dispuesto a admitir, había sacudido mi cordura con ese beso y había desaparecido. Yo casi había estado a punto de resignarme a no volver a verla ni a entender nunca por qué no podía quitármela de la cabeza. Casi. Hasta que había oído su risa esa noche.
Después de leer los 5 libros que componen la serie de “Los chicos del calendario”, me quedé con muchas pero muchas ganas de leer la historia de Víctor porque era uno de mis personajes favoritos y el que más me tenía encantada. Saber más de él y de su historia fue muuuuy bonito y ya les digo porqué.
Para empezar, tenemos al mismo Víctor de siempre, perdido y enojado con el mundo, pero sin perder esa ternura tan especial en él. Tras haber ganado el concurso, corrió con la cola entra las patas hacia la otra punta de España para alejarse de todos, y de él mismo también. Allí piensa que podrá emprender una nueva vida, sin embargo, tarde o temprano, se da cuenta que nunca funcionan los planes perfectos.
En San Francisco no encuentra su "lugar", así que decide aceptar un nuevo trabajo en Nueva York, y esta mismísima ciudad se encargará de llevarlo, nuevamente, a los brazos de ella, de Jimena, su (antigua) mejor amiga. En el primer momento del reencuentro podemos ver un tira y afloja y un poco de incomodidad: dos amigos que se reencuentran unos años después, especialmente luego de haber compartido un fogoso beso bajo la lluvia y una tremenda confesión que dejó a ambos con la piel de gallina. ¿El resultado? Un Vìctor cabreado porque Jimena haya desaparecido de la faz de la tierra, y una Jimena que prefiere que la trague la tierra.
A pesar de este encontronazo, un accidente termina uniéndolos, es decir, de alguna manera Víctor y Jimena terminan compartiendo el mismo techo, lo que significa…
Con el tiempo compartido la amistad entre ambos vuelve a resurgir y pequeños sentimientos vuelven a reflorecer muy dentro.
Quería seguir besándola, quería desnudarla y busca en su cuerpo las respuestas de lo que me estaba pasando, tenían que estar allí. Ella tenía que ser la respuesta porque yo… recordará siempre el miedo que sentí al comprenderlo… Jimena tenía que ser la respuesta porque me estaba enamorando de ella. Joder. La besé una última vez y fue distinto porque,, aunque ella no lo sabía y estaba seguro de que no sentía lo mismo que yo, comprendí que hasta ese momento yo nunca haba besado a nadie así.
Me encantó mucho la historia y era lo que necesitaba leer en ese momento. Venía leyendo libros que no me generaban mucha emoción y una vez que comencé a leer este mis ganas y emoción estaban por las nubes.
Los personajes me parecieron muy adorables y cercanos, tanto los principales como los secundarios. Sin dudas el que más me gustó fue Víctor, tiene ese algo que me atrae y que me resulta imposible no querer comérmelo a besos. Me encantó conocerlo en profundidad, especialmente conocer su lado más sensible y vulnerable lo cual lo hace más real.
Él es metódico, preciso y siempre le costó mucho permitirse sentir ya que eso es algo que se le escapa de control. Y es ahí donde (re)aparece Jimena para cambiarlo todo, a hacerle sentir cosas lindas y replantearse su vida; muy pronto comprenderá que el amor no es pragmático y que no se puede calcular, junto a ella entenderá que el amor es maravillosamente imprevisible.
Ahora sabía que no era amor o que había sentido por Cande y no solo me sentía como un estúpido por no haberme dado cuenta antes, sino que además tenía miedo de no ser capaz de tener dentro de mí esa clase de sentimientos. Quizá nada ni nadie lograse jamás conquistarme del todo o tal vez el problema era yo y no el resto el mundo, quizá era yo el que era incapaz de entregarse y de dejarse llevar por esas emociones tan peligrosas y prejudiciales para la salud.
Y también tengo que decir que Jimena me encantó, si ya me gustaba sus pequeñas apariciones en los otros libros, en este me conquistó del todo. Ella es una exitosa pastelera que recientemente tras la muerte de su padre heredó su casa, y sorpresivamente también heredó un medio hermano adolescente con muchos conflictos. Y en estos momentos su mejor compañía será Víctor, el chico por el que sintió (siente) algo, aunque esta relación tendrá sus altibajos: problemas familiares, discusiones, y Candela allí en el medio, que aunque sea agua pasada aun sigue interfiriendo de alguna u otra manera en la confianza de Jimena y en la pragmática cabezota de Víctor.
Y en cuanto a los personajes secundarios eran infaltables que reaparecieran Candela y Salvador, y hay otros nuevos que le agregan un gustillo dulce a la historia y logran acompañar muy bien a los principales.
Lo que me gustó mucho de la novela es que es simple y no hay grandes dramones lo cual resulta más. La pluma de la autora es sencilla, amena, divertida y atrapante, además noté mucha más evolución y madurez en su escritura, ¡puntitos a favor!
En resumen, "El chico del calendario" es una novela fresca, divertida e ideal para pasar un muy buen rato. Me encantó mucho mucho conocer la historia de Víctor y de Jimena (ansiaba que la autora pudiera contar algo sobre ellos), y si no leíste tooooodos los libros anteriores publicados de esta serie, no te preocupes, a Víctor se lo puede leer de manera independiente.
2 comentarios
¡Hola! Estos libros me gustaron mucho pero este lo vi un poco innecesario. Un besote :)
ResponderEliminarH e l l o o o ! ! !
ResponderEliminarAy, la verdad es que no suelo leer libros como este. No soy mucho de este género literario que digamos y no suelo disfrutar de libros como este en términos generales. Aun así tengo muy pendiente esta saga hace un par de años ya. SÓLO HE OÍDO MARAVILLAS DE ESTA HISTORIAAAAAA <3 Sé que no es mucho de lo mío, pero de seguro estoy muy intrigada y quiero darle una oportunidad a esta historia. Ya veré cuándo lo hago de una buena vez, eso sí. QUÉ GANAS DE PROBAR ESTAS NOVELAS <3
¡MIL GRACIAS POR TU PRECIOSA RESEÑA! SIN DUDA AMÉ CADA SEGUNDO DE VENIR A LEERTE Y CONOCER TU OPINIÓN <3 Escribís posts simplemente preciosos <3
¡Un beso! Nos leemos :)
❤️ ❤️ ❤️ ❤️ ❤️ ❤️ ❤️
♡ Tus comentarios me ponen muy contenta