*En colaboración con Phoebe Romántica






Tara es una jovencita que está atravesando una gran crisis económica y personal, apenas puede pagar la renta del piso que comparte con su mejor amiga, y son más días los que pasa con hambre que con la panza llena. Encontrar trabajo en Nueva York es una hazaña muy difícil, y el agobio por conseguir un puesto decente es aún más estresante.

Un día, llevada por el hambre, decide entrar a un hotel a robar comida del buffet, no es algo que no haya hecho previamente, así que ya sabe como pasar desapercibida y que nadie la agarre con las manos en la masa. Sin embargo, la suerte ese día no estaba de su lado, porque no solo los empleados del hotel la retienen sino que el mismísimo dueño multimillonario del hotel la invita a pasar a su oficina para tener una “charla”, y en la cabeza de Tara lo único que resuena es: “Hola, 911. Tenemos a una intrusa que roba comida de mis hoteles" 

Pero, pero… Tara Lauren sale de la oficina y el hotel del señor Preston Parker con un empleo en la mano como su futura asistente personal. ¿Cómo es que pasó eso? Pues en ella Preston vio potencial. Lo que nunca pensó Tara es que el señor Parker, por cierto, dueño de la cadena de Hoteles Parker en todo Nueva York, fuera a ser un jefe agotador, arrogante, borde, explotador. Y después de dos años de tolerar su irritable presencia decide finalmente renunciar, aunque el éste no se lo dejará nada fácil.


Pero después de dos largos años trabajando para él, por fin he aceptado que nada de eso es verdad. Preston Parker es mi jefe, y también es imbécil. Punto. Fin de la discusión. 


Este año hemos tenido una dosis importante de Whitney G. en español, autora norteamericana que se destaca por escribir novelas adultas y new adult románticas muy sencillas y amenas que enganchan, pero que a mí últimamente no me estuvo convenciendo, y con este último libro me sucedió lo mismo que con los dos anteriores (aunque me resultó un pelín mejorcito)

Con su estilo de siempre, la autora nos presenta una trama muy sencilla sin tantas vueltas (necesitamos más historias así que nos desconecten), con personajes amenos y escenas divertidas junto con un pizquita de erotismo.



Durante toda la novela, vemos a Tara lidiar con su arrogante (y sexy, pues claro) jefe, y cómo de a poco su vida social y personal se ve consumida por los pedidos, requisitos y llamadas telefónicas (innecesarias) a altas horas de la noche, no sé, pero a mí eso me suena a explotación y a abuso de poder (hasta el mismo jefe en sus palabras dice que si no se va a dormir, porqué lo van a hacer sus empleados). Pero bueno, la autora quiere recompensar todo esto con que el señor Parker es visualmente un dios griego.
Todo esto lo estoy sobre-analizando pero no puedo evitarlo, mi vena feminista pone el grito en el cielo con estas cosas.

En líneas generales, Tara quiere despedirse de Preston por la puerta grande y no volver a ver su arrogante rostro, aunque claro, nunca leyó la letra chica del contrato (en serio, tenés que ser un imbécil para poner esa letra chica). Así que a esta jovencita no le quedará otra que mantener su puesto de trabajo, aunque puede que un evento desafortunado haga que el jefe cambie de opinión en cuanto a su renuncia.

Como lo dicho está, tenemos dos personajes principales que se odian o por lo menos eso es lo que le sucede a Tara, ¿quién no odia a su jefe o jefa? Y en este caso estamos hablando de un tipo muy engreído que apenas le da tiempo para respirar. Al estar la historia relatada desde los puntos de vista de ambos podemos saber qué es lo que le pasa a él, y que es lo que le genera la presencia de la señorita Lauren cada vez que entra en su oficina.


—Yo llevo dos años queriendo que alguien me trate ben —siseé—. Créeme, no te haces una idea de lo difícil que es lidiar con ello.
—Para que conste, ese alguien nunca te odió.
—Es una lástima que nunca vaya a poder decir lo mismo.
—Pensaba que habíamos dicho que íbamos a ser sinceros el uno con el otro durante estas últimas semanas.
—Y estoy siendo sincera.
Los personajes me parecieron muy superficiales, lamentablemente, y sentí que les faltó mucha más profundidad, se me quedaron a medio camino. Me parecieron que están bien caracterizados pero ahí nomás, lo único con lo que pude empatizar fue con el pasado de Tara y lo mal que lo pasó al estar desesperada por el hambre.

El libro es cortito, creo que tiene unas 260 páginas aproximadamente, así que en mi opinión no se puede esperar una trama muy profunda ni de esas que se te quedan prendidas fuego en la piel, y con esto no quiero decir que la novela sea mala en sí, todo lo contrario, muchas veces (remarco) es buenísimo leer algo corto que nos desenchufe de nuestras tareas y compromisos.

Lo que sí me gustó de la trama es que casi en las últimas páginas hay un giro que logró engancharme y me pareció mejorcito, y algo que siempre destaco, por fin me encuentro con que no hay un insta-love.