Autumn ha crecido en hogares de acogida y su pasado es como un lienzo en blanco. Sabe que es importante defender sus ideas, vivir al día y no aferrarse a las cosas, pero siente debilidad por «la casa azul», esa preciosa propiedad en la que años atrás vivía una familia que ella anhelaba desde lejos y que, ahora, está a punto de convertirse en un montón de escombros por culpa de la inmobiliaria de Jason Brown, un hombre al que no le gusta ceder el control ni salirse del camino correcto, a pesar de que su mirada clara esté llena de contención.. 

Y, aunque Autumn pretendía evitarlo, Jason termina siendo un cosquilleo en la tripa, un beso robado, una atracción imprevista que ninguno de los dos puede frenar durante la noche de tormenta que cambiará y unirá sus vidas para siempre. Porque, a veces, los polos opuestos rozan.Y prende la chispa del amor y la locura.

Autumn creía ser como las monedas de un centavo: no tenía un hogar fijo, pasaba de mano en mano y nadie se molestaba en dejarla por cualquier parte…
Desde muy pequeña vivió en diferentes hogares de acogida, en algunos de estos pasó mejores momentos en otros peores, hasta que un día es recibida por una nueva familia con otros tres niños huérfanos con los que establecerá una gran amistad y quiénes serán sus nuevos hermanos: Roxie, Hunter y Paul.
Y en esa misma casa encuentra lo único constante en su corta vida: la casita azul de la calle de enfrente, un hogar pintoresco en la que vive una preciosa y amable familia… una imagen cautivadora y reconfortante para la pequeña Autumn. 


Sin embargo, muchos años después, la vida la llevó por otros lados, ya no sabe nada de sus hermanos y su casita azul está a punto de ser demolida por culpa del dueño de una inmobiliaria, al cual le importa muy poco hacer añicos lo único que le queda. 

Autumn cree en las causas perdidas, es activista y defiende sus ideales con mucha garra y pasión, por eso para ella es muy normal encadenarse a las puertas de su casita y así evitar que la dejen solo en escombros, excepto que nunca pensó que se encontraría cara a cara con Jason Brown, el dueño de la inmobiliaria. Este hombre duro y de piedra, al que no le gusta salirse de lo planeado, no le agrada para nada ver a una chica loca de remate atrincherada a su nuevo plan de trabajo. 

Miradas de odio y desdén van y vienen, aunque en una noche de tormenta en la que Autumn decide ingresar a hurtadillas a la casita azul, su destino junto al de Jason se entrecruza y ambos cometen la mayor de las locuras, y quizás también, la mejor de sus vidas. 

 —¿Por qué no puedes dejar de hablar?
Jason descendió la mirada hasta esos labios que se movían. Inspiró hondo, llevándose el aroma de su colonia afrutada.
—Así que, en teoría…
Y entonces la besó. No se paró a plantearse si hacerlo estaba bien o mal, ni si era la peor idea de toda su vida; simplemente lo hizo por impulso, como no hacía nada más, y sintió una extraña satisfacción cuando el silencio, al fin, los envolvió Los labios de Autumn estaban tensos e inmóviles, pero eran suaves, e, incompresiblemente, él tuvo ganas de hundir la lengua en ellos y separarlos con delicadeza. Se apartó como si quemase en cuanto ese pensamiento lo azotó.
—¿Has perdido la cabeza? —gritó ella.
—Eso parece… —Y lo decía en serio.
Autumn se acarició con la punta de los dedos el labio inferior mientras él se daba la vuelta y proseguía con la incansable búsqueda como si no acabase de besarla.
—¿No piensas decir “lo siento”?
—¿Te ha parecido un beso horrible?
—No, ¡sí!, ¡claro que sí! Pero esa no es la cuestión 

Ya todxs sabrán que cuando se trata de los libros de Alice Kellen me vuelvo gelatina, sus palabras me llegan tan hondo que logra ponerme la piel de gallina y hacerme sentir cada una de sus historias como si fuesen reales. Porque no importa si su novela me transporta a un frío invierno en Alaska, a las noches luminosas y ruidosas de Las Vegas, o a Nueva York…, todo lo que esta escritora se propone escribir me deja maravillada. 

En esta ocasión, "13 locuras que regalarte", es la tercera y última parte de la serie Volver a ti, novelas compuestas por 4 amigos, cada uno con sus diferentes historias y que lograron conquistarme desde el primer minuto. En este último libro tenemos a Jason, el amigo más sensato, serio y perfecto de los cuatro, aunque no todo es lo que parece. 

Con esta novela Alice nos sorprendió con una cara distinta de este personaje masculino y fue muy acertado que lo haya hecho. Era, quizás, imposible mostrar a un Jason perfecto en todo su esplendor, porque nadie lo es, y justamente lo que hace Alice es mostrarnos personajes reales, de carne y hueso, que se equivocan, que tienen miedos e inseguridades y que tropiezan muchas veces en el camino. 

Y con el regusto amargo que le había dejado esa idea, recordó unas líneas de una poesía de Benedetti y se abandonó al sueño aferrándose a esas palabras: Aceptar tus sombras, / Enterrar tus miedos, / Liberar el lastre, / Retomar el celo / No te rindas que la vida es eso. 

A Jason lo vemos como un chico reservado, calculador, metódico, y el “mister perfecto”, como lo llaman sus hermanos gemelos. Pero debajo de todas esas capas de niño perfecto (en las cuales vivió por mucho tiempo y se siente cómodo), se encuentra alguien contenido, en su vida nada nunca se salió del alcance de la perfección, sin embargo, cuando conoce a Autumn, todo da un vuelco de 180º y sus muros comienzan a quebrarse. 

Claro que ella es totalmente opuesta a él, y la indicada para desordenar su vida perfecta. Autumn es todo lo que está bien en este mundo, es impulsiva, desorganizada, sincera, tiene un corazón gigante y se permite amar todo en la vida. Cuando conoce a Jason, intentará embriagarlo con sus ganas de vivir y de sentir, porque la vida, al fin y al cabo, se trata de arriesgarse y cometer innumerables locuras. 

Su relación empieza con el pie izquierdo, y muy torcido (¡qué manera de dejarnos con la boca abierta, Alice!). Tal es así que Jason se acerca con mucha cautela hacia Autumn, como si estuviera caminando sobre vidrio y temiera lastimarse. Y con el paso del tiempo, él deberá despojarse de sus miedos, inseguridades, celos, sobre exigencias para poder amarla como corresponde, amarla bien. 

Pero lo que tenía claro era que, mientras tanto, necesitaba mantenerla lejos, muy lejos, porque ella era como uno de esos hilos de lana que empiezan siendo pequeños, pero que, cuando intentas cortarlos dándoles un estirón, terminan por alargarse y dejarte un agujero irreparable a la altura del corazón. 

Además, esta increíble historia de amor, está acompañada de otras situaciones que hacen que sea aun más maravillosa, un viaje por la ruta con destino a Los Ángeles en la que ambos se descubren en cuerpo y alma, escenas tristes que los descolocan, otras más divertidas en las que están presentes familiares, y no podían faltar que aparecieran ellos, Mike, Rachel y Luke, para deslumbrarnos aun más. 

Y tengo tanto más para decir, pero me voy a contener. Es una historia absolutamente encantadora, enternecedora, con muchos mensajes valiosos y con un final de lo más perfecto, imposible no cerrar la tapa del libro con una sonrisa gigante de oreja a oreja y con lagrimitas a punto de escaparse, el broche de oro para esta serie.

En resumen, "13 locuras que regalarte" es el final más anhelado y esperado por todxs lxs fieles lectores de esta serie sobre estos cuatro amigos. Una vez más, Alice Kellen logra sorprendernos y maravillarnos con personajes tan bonitos y reales que te resulta imposible no amarlos hasta el final, la historia de Jason y Autumn estará plegada de 13 locuras muy especiales.