Dos caminos que se encuentran otra vez. 
Una estrella que vuelve a brillar. 
Un reloj detenido en un tiempo maravilloso. 
Dubái, Berlín, Tinduf. 
El final de una historia donde el amor puede ganarlo todo. 
Cuando acepté vivir como una nómada, en todas partes y en ningún sitio, no esperaba que fuera tan complicado. ¿Cómo iba a saberlo? No era consciente de dónde me metía en realidad, y tampoco me preocupé de averiguarlo. Me centré exclusivamente en lo que más quería: estar con él, solo nosotros, al margen del dinero, del estatus social o de las viviendas de lujo. Fue muy reconfortante descubrir que, más allá de mi burbuja, había un mundo de colores esperando que me abriera para recibirlo. Pero el mundo pudo conmigo. El mismo destino que nos unió acabó con todo lo que habíamos construido. Con todo excepto con la certeza de que siempre estaré enamorada de él, del hombre que hay detrás de esos deslumbrantes ojos azules, infinitos como el cielo: John. 

#1 Solo nosotros (X)

#2 Siempre nosotros

*Esta reseña contiene spoilers del primer libro.

Después de que Vega descubriera aquel temible documento con letras grandes y rojas que decía “CLASIFICADO” el cual John olvidó guardar (y que de paso también olvidó comentarle a Vega su verdadero contenido), nuestra protagonista huye sin pedir explicaciones, el dolor por todos los recientes acontecimientos y todo lo que venía acumulando la llevaron a elegir el camino más fácil y cobarde: salir pitando y no mirar hacia atrás. Tal es así que, con el corazón roto y el pecho hundido, se fuga a Dubai y se refugia en su tan querida ONG, allí está segura, como así también su cabeza y su corazón. 

Ayudar a la gente que se encuentra refugiada y resguardada en aquel campamento la ayudan a dosificar su dolor, aunque no del todo, porque a pesar del tiempo que lleva allí, Vega sigue sumida en sus errores, rabia y vergüenza, con la cabeza metida bajo tierra, porque mejor ignorar antes que enfrentarse a la realidad de que la cagó. 

Y como la vida es muy jodida y le gusta tendernos trampas, Vega se encuentra a John en el lugar menos pensado, a ver, ¿qué puede estar haciendo el señor Taylor en medio del desierto? ¿Es posible odiar a alguien, pero seguir amándolo? 

Lo peor de vivir en un infierno no son los torturadores recuerdos, el doloroso sentimiento de culpa o el insoportable peso de la conciencia. Lo peor de vivir en un infierno es que, por mucho que huyas, el fuego de las llamas del pasado siempre te alcanza. 

Después de haber leído el final del anterior libro me quedé muy desconcertada y con ganas de saber cómo continuaría la historia de Vega y John, ¡tremendo final! Aunque la primera parte no me terminó de convencer mucho (no logré encontrar a la Silvia Sancho que tanto me encanta), en esta continuación me ocurrió todo lo contrario, me sorprendió mucho volver a reencontrarme con la autora, ¡esta es la Silvia que quería! Acá tenemos una trama más coherente, sensata y con personajes que deciden cambiar y madurar. 

Básicamente esta segunda parte trata sobre sacar lo mejor de cada unx, de mejorar, de decidir seguir adelante, de hacerse cargo de los errores que unx comete, y de perdonar y perdonarse. Tanto Vega como John transitan un camino de evolución, y era algo que esperaba que sucediera porque en el primer libro me puse un poquito bordó con sus actitudes, pero en fin, que acá evolucionan para bien, y me pareció muy bueno que esa evolución en ellos no suceda de un día para el otro sino que a lo largo de la novela podemos disfrutar de esa transición. 

Se acabó el poner pegas, se acabó eso de mirar solo mi ombligo o esconder la cabeza bajo la tierra. Ahora la tierra me sostiene, el fuego me aviva, el aire me libera y el agua mana por cada poro de mi piel, no me ahoga.

John y Vega compartieron un amor muy movilizante en el libro pasado, y ahora vemos los restos de ese amor, y como dice el dicho: donde hubo fuego, cenizas quedan. Ambos están dolidos por los errores que cometieron en el pasado: Vega se hundió y se perdió en el mundo de John, y él se obsesionó demasiado con su trabajo, todas esas asperezas en su momento dolieron y siguen doliendo, especialmente cuando se vuelven a reencontrar.

Vega me encantó mucho en esta parte, la noté mucho más madura y tiene una evolución muy bonita. Se la nota más decidida, más valiente, y por fin decide dejar de enterrar su cabeza como un ñandú y hacerse responsable de sus errores. A quien le costará un poco más esta vez es a John. Está muy dolido luego de que Vega huyera sin ninguna explicación y su confianza en ella se rompió completamente (al principio actúa como un idiota), sin embargo, y con el tiempo, Vega le demostrará lo grandioso que pueden ser juntos, porque un amor como ese no puede quedar en el olvido. 

Aunque esto no fuera el objetivo del viaje, no pienso renunciar a ello. Podría apartarme, apelar al sentido común, enterrarme bajo la puta arena del desierto... y nada cambiaría el hecho de que, cuando somos solos nosotros, el resto desaparece. ¿Qué más de que esta sea la última vez que vaya a besarle... o la primera de esta etapa? ¿Quién lo sabe? ¿Qué importa? Lo único cierto es que, perdida en su boca, me encuentro. Soy la versión de mí misma de la que más orgullosa me siento: la Vega que es capaz de ser feliz y permitírselo. 

Me pareció que el conflicto de su ruptura se resuelve bastante rápido, aunque lo solucionan con sensatez y honestidad, de manera muy adulta y responsable. Además hay mucha más comunicación entre ambos y menos escenas eróticas que en el primer libro me parecieron innecesarias.

Claro que también tenemos a los personajes secundarios que van apareciendo a lo largo de la historia y van acompañando a los personajes en distintos momentos, la autora le da mucha importancia a las amistades, y qué bonito que sea así. 

¿Y cómo temina la historia? Le toca a ustedes descubrirlo, solo puedo decir que el final es bonito y te deja un gusto dulce en la boca.